jueves, 7 de octubre de 2010

Queridas mías

Cuan abandonadas os tengo, no sé como deshacer tal afrenta, ¿qué hacer para limpiar mi buen nombre? Es algo que me atormenta por las noches mientras me cepillo el pelo cien veces en mi tocador estilo renacentista mientras medito sobre los acontecimientos del día y los pasos que debería seguir con respecto a mis pretendientes para asegurarme un futuro con una buena posición económica y social. Lo que es cierto y me llena el pecho de júbilo es que vuestra presencia en mi vida es algo casi palpable, es una certeza que llena mis días de gozo y mi alma de regocijo.
















¿Cómo devolveros tal presente? Quizás debería obsequiaros con lo que tanto ansiais durante incontables horas de vuestras vidas, con aquello que muchas veces os nubla el juicio y el entendimiento, y os hace sentir algo en ese lugar íntimo que ninguna mujer decente debería tocar nunca: retratos de damiselas, de dudosa moral si se me permite decirlo, con indumentarias nada apropiadas. No os equivoquéis, no es mi intención censuraros, pero son unos instintos que considero de baja índole y propios de la clase más pobre y desdichada y creo que deberíais controlarlos. No es propio de una dama pensar en otra dama (estoy siendo generosa) si no es para forjar una bonita y estrecha amistad cuya principal característica sea la castidad. Siempre ocurren pequeños accidentes, llamemoslos así, en los que el contacto físico se extiende más alla de lo apropiado, todas hemos visto Fingersmith, pero una dama siempre sabrá levantarse de esa cama, ajustarse bien el corsé y fingir dignamente que tal encuentro tan lleno de sensaciones confusas pero agradables nunca ha sucedido.

















Pero os conozco bien, sé que sois débiles de espíritu y que el más leve pensamiento del cuerpo de una mujer despojado de sus ropajes, lejos de pareceros indecente os adentra en un estado físico que a mi me parece sonrojante. El caso es que como sé que vais a conseguir este material en cualquier sitio prefiero proporcionaroslo yo, así al menos quizás mis palabras resuenen en vuestras precaria conciencia y decidáis abandonar una vida tan libertinosa.
En fin, dado que esta misiva se encuentra llena de anacronismos las damiselas quizás son de una época en la que ocurren cosas que mi mentalidad victoriana no es capaz de asimilar pero estoy segura de que sabreis perdonar tal hecho. Es más, creo que encontrareis el anacronismo de lo más placentero visualmente hablando. Es como la canción de David Bowie en Malditos bastardos, cosas asi. Ah, el arte, ese mundo libidinoso y de moral distendida. Pero no nos desviemos más del tema, aquí os dejo los retratos, espero que sea de vuestro agrado pervertidas mías,

Sinceramente vuestra,
Snow Bennet.






































































Muchas gracias a las que me han felicitado ya el cumpleaños, a todas las que me han hecho ya algún regalo de cualquier tipo (una llamada o un post o lo que sea :) ) y por adelantado a las que me van a regalar algo más despues de que le dé al botón de "Publicar entrada" xD Y en general a todas las que me leeis queridas mias. Me llenáis de gozo el corazón:
















En serio:

























Lea que está aquí conmigo les manda un besito (los que me da a mi son mejores *¬*)














Y aprovecho para decir a las que no lo sepan que me han hecho una entrevista en Mirales, leanla, pero también echen un vistazo al resto que está muy interesante :D