Snow resume Xena 1x07: Los titanes.

Xena y Gabrielle tienen su primera discusión de pareja, y Gabrielle se marcha ofendida. Se mete en una cueva en la que una mujer está dando un pregón en klingon a unas estatuas, mientras unos monjes la escuchan atentamente. 

El pregón trekkie

Pero como no pasa nada, y los monjes están aburridos, quieren irse. Gabrielle, que es muy de meterse donde no la llaman, les explica que no pasa nada porque lo están leyendo el rima dórica y es un canto jónico. Le dicen que si es tan guay, que lo lea ella a ver. Lo lee toda entregada y las estatuas de la pared  cobran vida. 

Los titanes recién despertados de la siesta.

Resulta que no eran estatuas, sino unos titanes que los dioses atraparon en piedra. Preguntan quién fue la virgen que les despertó (por lo visto si has follado no puedes despertar a titanes, lo siento chicas), y uno de los monjes señala a Gabrielle. Qué tío, llamando virgen a Gabrielle en su cara. 

Van hacia el pueblo de los monjes, que por lo visto querían despertar a los titanes porque el pueblo está escaso de mano de obra. Los titanes, al llegar, anuncian que sirven a la virgen, y Gabrielle les dice que dejen de repetirlo, que eso es personal. Pobre Gabrielle, ella no tiene la culpa de estarse reservando para Xena. Los manda a hacer tareas por el poblado, pero uno de los titanes, Hiperión, no está muy contento con el tema. No tiene muy claro eso de que Gabrielle sea una diosa, así que para demostrárselo a sus compañeros, le sopla a Gabrielle. Ella sale volando, así que queda descubierto su engaño.  Hiperión  se enfada mogollón, pero Xena les dice que no se metan con su piba, que ella la protege. El  Hiperión  se coge un empute y se pone a romper la aldea de cartón piedra. Todos los habitantes del pueblo se meten en el templo de Cronos, porque allí están seguros.

Chacho, ¡chiquita ventolera!

Hiperión desde fuera les grita que hasta que no entreguen a Xena, matará a todo humano que vea. Quien les entregue a la guerrera será tratado como un dios.

Unos niños que iban de excursión extraescolar, tienen la mala suerte de pasar por la cueva de los titanes, e  Hiperión  los secuestra para comérselos. El otro titán, que no está de acuerdo con los métodos de su compañero, se lo impide y se pelean como poligoneros en una discoteca, con mortal resultado.

Los titanes planean liberar a sus otros colegas atrapados en piedra, que son un montonazo. Xena vuelve a contárselo a los que están en el templo. El monje comenta que hay otro canto que puede volverlos a atrapar. Está en un pergamino debajo del altar de la cueva. Gabrielle sugiere entrar sigilosamente mientras los titanes duermen y leerlo, que para algo ella es la que ha estudiado las rimas dóricas esas. Pero Xena no quiere ponerla en peligro y se lo prohíbe.

Gabrielle está tan ofendida porque Xena no confíe en ella que se va a la cueva sin decir nada. Ay, éstas bolleras, cómo les gusta un drama. Pero claro, a la muy mongola la capturan, y la obligan a leer el cántico klingon ese que libera a los titanes. Lo lee mal adrede, así que no funciona, pero ella les dice que es porque ya no es virgen.

La pillada de Gabrielle

Justo cuando  Hiperión  ya está hasta los huevos y va a matar a Gabrielle, llega Xena con una trampa que ha estado preparando con los pueblerinos, y le atrapa la mano a  Hiperión. Leen el cántico klingon y devuelven a los titanes a la piedra.

Qué lista es Xena, coño.

Xena le pregunta a Gabrielle que por qué arriesgó su vida metiéndose en la cueva. Gabrielle le dice que para que no la odiara por despertar a los titanes, y Xena le dice que jamás podría odiarla. Qué bonito, por favor.